dimarts, 16 d’abril del 2013

2013 Año Internacional de la Quinoa

Este ha sido declarado el Año Internacional de la Quínoa en reconocimiento a los pueblos andinos que han mantenido, controlado, protegido y preservado esta semilla como alimento para generaciones presentes y futuras. Así que aprovecho esta oportunidad para hablar de las fantásticas cualidades nutricionales que tiene esta semilla que se utiliza en la cocina como si fuera un cereal.
La quínoa, a la que los incas llamaban “grano madre”, es una semilla que procede del Altiplano boliviano, capaz de crecer en zonas semiáridas a más de tres mil metros de altura y soportando condiciones extremas que ningún otro cultivo puede resistir. Por eso, y por su privilegiada composición nutricional, en 1975 la Academia de Ciencias de Estados Unidos la declaró el mejor alimento de origen vegetal para el consumo humano y la NASA la eligió como ingrediente fundamental de la alimentación de sus astronautas.

Valor nutricional
La quínoa contiene una gran proporción de proteínas de alto valor biológico (el doble que cualquier cereal) y una decena de aminoácidos esenciales, además de calcio, magnesio, hierro y fósforo, así como vitaminas C, E, B1, B2, B3 y ácido fólico. Resulta de muy fácil digestión, no contiene gluten -y por tanto puede entrar en la dieta de las personas celíacas- y no tiene colesterol. Resulta ideal para deportistas, niños, estudiantes y mujeres embarazadas.

Cómo cocinarla
La quínoa se puede usar en cocina exactamente igual que el arroz, pero es conveniente lavarla bien antes de cocerla para eliminar las saponinas que contiene. Tiene un gusto suave, similar a las nueces y se puede comer sola, con carne, pescado o verduras y en preparaciones dulces o saladas. Puedes encontrarla en tiendas de dietética.

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